Meditaciones de una hija pródiga que pretenden servir de ayuda a otras hijas pródigas para redirigir nuestros pasos a la Casa del Padre; a través del Unico Camino disponible: Jesús. "... Por la gracia de Dios soy lo que soy y Su Gracia no ha sido en vano para conmigo..." 1a. Corintios 15:10 "De Gracia recibistéis, dad de gracia..." Mateo 10:18
Quién es una hija prodiga?
Aquella mujer que ha preferido hacer su propia agenda mientras se resiste a reconocer que Dios tiene un propósito más alto para su vida. Cuando todos sus planes autosuficientes e independientes han fallado, ha tenido que reconocer que sólo hay un camino para llegar a la meta anhelada.
Para una reflexión más completa puedes ver la primera entrada del mes de Junio, 2009. suhijaprodiga@gmail.com
domingo, 25 de abril de 2010
domingo, 18 de abril de 2010
Resoluciones para ser 2010 (IV)
Recibiendo así la advertencia del Maestro de que si bien los pies de ella debían seguir Sus Pisadas (1 Pedro 2:21), este acto que ella acababa de realizar con los pies de El, constituía la excepción, pues, nunca debía permitir adoración para sí misma, ya que toda la adoración sola y exclusivamente pertenece a Dios.
Además, el Maestro le advirtió que si ella quería "tener parte con El" debía permitirle lavar sus pies (Juan 13:8-9) a fin de que esos pies lavados no fueran "de aquellos que se apresuran a derramar sangre" (Proverbios 6:18; Romanos 3:15) o de los que "no permanecen en casa" (Proverbios 7:11); permitiendo que de esa manera:
2. Además, tener el discernimiento de "examinar la senda que siguen [sus] pies... para que sus caminos sean rectos" Proverbios 4:26; a este fin, debía prestar atención a la senda en que se dirigían los pies de aquellos que quisieran su compañía (Proverbios 1:15-16)
3. El Maestro le entregó un par de calzados que desarrollarían en ella "el celo por anunciar el evangelio de la paz" (Efesios 6:15) los cuales harían sus "pies hermosos" (Romanos 10:15); pero debía tener el cuidado de "sacudirse el polvo de sus pies" en aquellos lugares donde no la recibieran por "causa de dicho evangelio de la paz" (Mateo 10:14;Lucas 9:5). Una advertencia especial de Su Amado Maestro fue que nunca "anduviera descalza" (Jeremías 2:25) es decir, sin la protección que le dan los calzados que El gratuitamente puso en sus pies.
Si ella seguía Sus Pisadas y cada una de las instrucciones anteriores, entonces El la fortalecería y haría sus pies como "de cierva haciéndola andar en las alturas" (Salmo 18:33, Habacuc 3:19) evitando así que esos "hermosos pies" resbalen o caigan en red o tropezado sino que se mantengan firmes (Salmo 17:5; 18:33; Salmo 25:15; Proverbios 3:23; 26)
domingo, 11 de abril de 2010
Resoluciones para ser 2010 (y IV)
En esta búsqueda encontró algunas palabras alentadoras de parte de Su Maestro para los momentos en que pueda llegar la apatía, el agotamiento o el desánimo, haciéndola considerar "cerrar sus manos" en señal de parálisis o sequía que las incapacita a seguir creando, dando afecto, abriéndose en actos de generosidad, dando frutos en toda buena obra:
a) La primera enseñanza que encontró fue que en esos momentos de parálisis o sequía debía acercarse a El y presentarle sus manos para que El las sane, sin importar los comentarios o consecuencias que esta acción pudiera acarrearle (Marcos 3:1-6 y Lucas 6:6-11);
b) Cuando así se acerque y clame a El, escuchará Su Voz diciéndole: no pierdas la esperanza que hacen que tus manos desfallezcan; no dejes que el temor debilite tus manos, levántalas en especial cuando te encuentras bajo mi disciplina (2 Crónicas 15:7, Sofonías 3:16 y Heb.12:12)
Nos cuenta la hija pródiga que en medio de todas estas nuevas enseñanzas, volvió a observar las manos de Su Amado captando en ese momento la santidad, pureza, limpieza y bondad que en cada uno de sus surcos se reflejaba; entonces, El tomó las manos de la hija pródiga para mostrarle en Su Carta de Amor aquellos pasajes que la ayudarían a que sus manos fueran transformadas para parecerse a las de Su Maestro:
iii) Para lograr esa limpieza es necesario deponer todo orgullo y autosuficiencia y dejar que El las lave (Juan 13:9);
pues, cuando El las levantó fue para bendecir a sus discípulos en su despedida (Lucas 24:50).
Y... con estas nuevas enseñanzas comprendió que debía ser una mujer perseverante que no desfallezca; ser una mujer de santidad y por último, una mujer que lo adore en espíritu y en verdad (Juan 4:23).
Continúa.../